viernes, 9 de noviembre de 2012

Agua y Economia


El agua y la economía verde

En el marco de una economía verde se pone especial énfasis en aprovechar las oportunidades de inversión en aquellos sectores que se apoyan o se sirven de los recursos naturales y de los servicios de los ecosistemas. Invertir en sectores verdes, incluido el sector del agua, conlleva la creación de más puestos de trabajo y mayor prosperidad. Podría decirse que estas oportunidades son aún mayores en áreas donde todavía no se tiene acceso al agua potable y a unos servicios de saneamiento adecuados. Invertir a tiempo en la provisión de estos servicios constituye un prerrequisito para el progreso. Una vez hechas estas inversiones, el progreso será más rápido y sostenible, haciendo de esta manera posible la transición hacia una economía verde. El agua en la economía verde se centra en las oportunidades socioeconómicas que una gestión apropiada del agua proporciona al desarrollo social y económico, a la vez que se protegen los ecosistemas de agua dulce. En una economía verde se reconoce, se valora y se paga por el papel que juega el agua en el mantenimiento de la biodiversidad, de los servicios de los ecosistemas y en el abastecimiento de agua.

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¿Qué es una economía verde?

Una economía verde es una economía que conlleva una mejora del bienestar de las personas y la reducción de las desigualdades a largo plazo, al tiempo que evita exponer a las generaciones futuras a riesgos medioambientales y escaseces ecológicas significativos.

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La economía verde, el agua y...

  • La agricultura. Una economía verde requiere alcanzar la seguridad alimentaria utilizando menos recursos naturales. Esto podría lograrse mejorando la gestión del agua y realizando inversiones e innovaciones sustanciales, lo que implica aumentar los cultivos que garanticen una mayor eficiencia en términos de nutrición por gota de agua.
  • Las ciudades. Unas ciudades compactas reducen la huella espacial del desarrollo y unas infraestructuras compartidas reducen las emisiones y el uso de recursos. Aprovechando las ventajas de unas poblaciones concentradas, las ciudades reducen su dependencia del transporte e infraestructuras y proveen servicios básicos con mayor eficiencia.
  • Los servicios de los ecosistemas. Reconocer los importantes beneficios, además de poco visibles y no monetarios, que conlleva la conservación de los ecosistemas representa una oportunidad para recuperar el camino hacia el crecimiento sostenible, la justicia, la seguridad hídrica y la reducción de la pobreza, a la vez que se mejoran y se protegen los activos naturales.
  • Los empleos verdes. En una economía verde, el crecimiento de los ingresos y del empleo están dirigidos por unas inversiones públicas y privadas que reducen las emisiones de carbono y la contaminación, que refuerzan la eficiencia energética y de los recursos, y que previenen la pérdida de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas.
  • La industria. La industria puede liderar unas prácticas más sostenibles en relación con el agua, previniendo la sobreexplotación y la contaminación y mejorando las infraestructuras y la gestión del agua. Para alcanzar estos objetivos, la industria debe “hacer más con menos”, caminando idealmente hacia un nivel cero de residuos.
  • Agua y saneamiento. En muchos países en vías de desarrollo, una de las mayores oportunidades para impulsar la transición hacia una economía verde la proporciona la inversión en el suministro de servicios de agua y saneamiento a los más pobres.

Para avanzar hacia un crecimiento verde, es necesario invertir en diferentes sectores...
Que aseguren la eficiencia del agua. Podría alcanzarse un ahorro de hasta el 90% en energía y el 70% en agua invirtiendo en la recuperación y en la reutilización del agua, reciclando las aguas residuales procedentes de la industria y del uso municipal para ser utilizadas como aguas industriales o de refrigeración.
  • El agua para la agricultura supone cerca del 75% del consumo total de agua en el mundo; en muchos países en vías de desarrollo, el regadío representa más del 90% del consumo de agua. A nivel mundial, alrededor del 15% y el 35% de las extracciones de agua para el regadío se consideran insostenibles.
  • Los usos industriales suponen alrededor de un 20% de las extracciones de agua dulce en el mundo; entre el 57% y el 69% se destinan a la generación de energía hidrológica y nuclear, el 30-40% a procesos industriales y entre el 0,5 y el 3% a la generación de energía térmica. Se prevé que el agua utilizada por la industria alcance el 24% del total del agua extraída para el año 2025.
  • En muchas ciudades en rápida expansión, la infraestructura de las aguas residuales está obsoleta, resulta inadecuada o ni siquiera existe. Los sistemas de almacenamiento, tratamiento y distribución de agua sufren un mantenimiento deficiente. Además, en muchos países del mundo en vías de desarrollo, las fugas de agua a menudo sobrepasan entre un 40% y un 60% del total del agua distribuida.








Índice Global de Economía Verde: Alemania y Dinamarca en cabeza



 La historia de la agricultura y la economia verde.


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